martes, 27 de julio de 2010

Capitulo 22: Derechos del trabajador, de la mujer y grupos etnicos


Es un tipo de derechos humanos representados por una organización de afiliciación universal y que posee una competencia funcional limitada.

Los conceptos teóricos y enfoques tradicionales originales sobre el Trabajo Social han girado en torno al propósito de ayuda y asistencia a las personas, grupos y comunidades en la búsqueda de soluciones a los problemas sociales. Acorde con la dinámica del campo de aplicación la carrera ha ido cambiando hacia diversos conceptos de promoción humana muy difusos e imprecisos. Esto refleja la ausencia de sistemas teóricos con mayor definición- estructuración; el desfase de las concepciones tradicionales y el limitado desarrollo de los nuevos paradigmas sobre el Trabajo Social. Paralelamente, la realidad y práctica de la profesión sigue teniendo indefiniciones sobre el Objeto del Trabajo Social. La mayoría de respuestas a este problema se circunscriben en el plano de la "situación social problema", una generalidad que es comprensible, en tanto que las Ciencias Sociales no son exactas.

La tradición medieval española estimaba importante la instrucción de las mujeres casi nunca se especificaba, pero en la práctica ésta se refería únicamente a las de clase alta, pues se reconocía que ellas ejercían una influencia definitiva sobre sus maridos y sus hijos. Algunos escritores humanistas del siglo XVI, como Juan Luis Vives y fray Luis de León, muy leídos en Europa y en las colonias españolas en América, propusieron darle a la mujer un nivel de educación más amplio que el aceptado en su época: eran partidarios de enseñarle a leer, a dominar labores manuales, a preparar apetitosos platos y a tocar algún instrumento musical; y de que también aprendiera la doctrina cristiana y practicara las virtudes marianas de castidad, obediencia, laboriosidad y piedad. La idea de que se debían educar todas las mujeres, independientemente de su posición social, no surgió hasta fines del periodo colonial y fue uno de los cambios más importantes en la actitud de la sociedad frente al sexo femenino.En la Nueva Granada, entre las mujeres, como entre sus congéneres de la península y de las demás colonias españolas, se fomentaba la devoción; algunas hicieron votos perpetuos de castidad y obediencia en los conventos. Pero estos sitios, aunque no fueron tan numerosos e importantes como en Nueva España o en Perú, y es poco lo que se conoce de ellos, parece que experimentaron cierta decadencia durante el siglo XVII, y dieron escasa instrucción a las monjas. Sin embargo, a pesar de las carencias, fue en los conventos donde la educación femenina logró sus más importantes avances durante la colonia, pues las religiosas debían aprender a leer para poder rezar el Divino Oficio. Hasta fines del siglo XVIII, el propósito de dichas comunidades religiosas era la vida contemplativa y devota, no la educación o la asistencia social; situación que apenas varió al terminar el siglo XVIII, pero principalmente durante el siglo XIX. Sin embargo, gracias a que desde 1566 el obispo de Popayán había promovido la idea de fundar un monasterio de religiosas para educar a las hijas de los conquistadores, con tal fin donó algunas fincas y bienes que poseía, y en 1591 fue creado el Monasterio de la Encarnación bajo la orden de San Agustín. A éste acudieron durante dos siglos jóvenes herederas de familias importantes, quienes por lo regular eran recibidas como internas a los doce o trece años, con el fin de aprender a leer y escribir, y a coser y desempeñar otras artes domésticas. Éste fue el único establecimiento creado para la educación de la mujer en la Nueva Granada durante el siglo XVII, mientras para varones existían varios seminarios y escuelas en las principales ciudades.

La persistencia de los conflictos étnicos
En una reseña de los Estados en situación de conflicto armado en 1988 se señala que de un total
de 111 conflictos en el mundo, 63 eran internos y se describe a 36 de ellos como "guerras de
formación de Estados", es decir, conflictos en que intervienen un gobierno y un grupo de oposición
que exige la autonomía o la secesión para una etnia o región particular. De hecho, en los últimos
años ha disminuido el número de conflictos interestatales clásicos y ha aumentado el número de
conflictos intraestatales, particularmente en los países del Tercer Mundo. En otro estudio se indica
que "las matanzas realizadas por los Estados de miembros de grupos étnicos y políticos
representan más pérdidas de vidas que todas las demás formas de conflictos mortíferos
combinados... como promedio, han muerto a manos del Estado entre 1,6 y 3,9 millones de civiles
inermes en cada uno de los decenios transcurridos desde el final de la Segunda Guerra
Mundial...."
A pesar de estos datos, los especialistas de investigaciones sobre la paz y los conflictos y de las
relaciones internacionales, han prestado relativamente poca atención en los últimos años a los
conflictos étnicos. Se ha prestado mayor atención a las confrontaciones entre Estados de tipo
tradicional. Esta situación se debe en parte a que muchos especialistas consideran que las
confrontaciones étnicas son asuntos internos de los Estados, quizá relacionados con gobiernos
dictatoriales y/o represivos, o que son simplemente subproductos de conflictos más amplios.

Los conflictos étnicos y la teoría
A nivel teórico, los conflictos étnicos no encajan fácilmente en los modelos analíticos tradicionales
de los estudios de los conflictos o de la sociología del cambio y el desarrollo. Durante décadas, el
llamado paradigma de la "modernización" dominó el pensamiento en las ciencias sociales y,
según este punto de vista, el proceso de cambio social va de lo tradicional hacia lo moderno, de lo
simple a lo complejo, del "particularismo" al "universalismo", para utilizar conceptos elaborados
por Parsons en la tradición weberiana. En este marco, los problemas étnicos pertenecen al mundo
"particularista" o premoderno, y se dejan de lado en el proceso de modernización. Si se plantean,
son considerados como "obstáculos al cambio" o si no como una consecuencia de una
"modernización incompleta", y por ende de menor importancia para el teórico. Del mismo modo,
las teorías de la "construcción de las naciones" ponen de relieve el carácter global de la
transformación de las unidades y lealtades subnacionales en el seno de una entidad política más
amplia. Una vez más los problemas étnicos pueden ser considerados como obstáculos en un
proceso evolutivo más amplio.
Otras teorías vinculan los conflictos básicamente a intereses económicos, en los que los actores
colectivos tienden a ser clases sociales definidas en función de su posición en el sistema
productivo. Cuando las relaciones sociales de producción son esenciales para determinar las
relaciones de poder a nivel de una sociedad y a nivel internacional, los problemas étnicos pueden
parecer definitivamente de importancia secundaria.
Así, comprobamos que, en general, las teorías liberales, funcionalistas y marxistas de los
conflictos y el desarrollo han minimizado la importancia de los problemas y los conflictos étnicos.
Por lo tanto, hay pocos modelos teóricos útiles para orientar la investigación sobre estosproblemas contemporáneos.

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